miércoles, 6 de mayo de 2020

El Infierno entre mis dedos. Historia basada en la vida de Vicente.

       El infierno entre mis dedos, eso llevo desde que tengo esclerosis múltiple. Un infierno que no sólo afecta a mis dedos sino a todo mi cuerpo. El infierno entre mis dedos y mi alma porque a veces la vida te destroza, te arrastra y no contenta con eso te envía una enfermedad que te hace retorcer como una hoja seca en otoño, como un animal herido de muerte pero sin llegar a estarlo.

        El infierno entre mis manos, cuando no puedo sentir más allá del dolor, cuando no puedo acariciar a quien amo, cuando nadie quiere estar conmigo por miedo a sentir como me resquebrajo entre sus brazos. Ese infierno que no es de fuego sino de soledad, que no es de pecadores sino de enfermos, ese infierno en vida.

     Una sonrisa amarga que trata de disimular el sufrimiento, una mirada triste que trata de ocultar el llanto, unos labios secos esperando beber del manantial de un beso. El infierno, aquello que todo el mundo teme y que sólo unos cuantos sabemos que es. 
 
        Nací en Almería, a los pies de la Alcazaba, en el cerro de San Cristóbal. Todavía estábamos en la dictadura y como algo que me ha marcado, nunca fui libre para elegir, un estigma que ha imposibilitado ascender de este infierno al paraíso. Libre, hermosa palabra cuando se anhela, cuando no se posee. Libre para vivir, para amar, para soñar, para ser yo mismo. 
 
       Tengo la mirada triste, la sonrisa amable y el corazón roto. Tengo el dolor enraizado en las entrañas como una gangrena comiéndome por dentro, pudriéndome desde lo más profundo de mi ser y en cambio he de sonreír para seguir viviendo, para soportar esta soledad que me envuelve como una noche oscura. Tengo la mirada triste, las manos retorcidas por el dolor y el alma…el alma no sé si me queda algo dentro.

 
         
 

La llave de los desterrados. Protagonistas.

José es un campesino morisco que vive en la aldea de Zohrab junto a su esposa María. Su único deseo es vivir en paz, cultivar las tierras heredadas de sus antepasados y ver crecer a su recién nacido hijo, el pequeño Miguel. El levantamiento de Las Alpujarras hace que se desmorone todo y aunque él pretende quedarse al margen, no le queda más remedio que actuar para no perder a su familia.
Miguel de Xaba es el Alcalde de Las Albuñuelas, gobierna las tres aldeas desde su que los Reyes Católicos las agruparon en un solo pueblo: Albunyul, Qayart y Zohrab. Desea vivir en paz, como el resto de sus vecinos pero las nuevas normas impuestas por los cristianos hace que todo estalle por los aires. La muerte de su esposa hace que se convierta en el capitán de las tropas del Valle de Lecrín.
Marcelo es capitán del barco más vistoso de todo el Mediterráneo y al atracar en Adra es detenido por los alguaciles, acusado de transportar libros destinados a los moriscos de Las Alpujarras. 
Los tres protagonistas tienen un nexo de unión que deberéis descubrir en las las páginas de la novela. Hablar más de ellos sería descubrir una trama fantástica y maravillosa llena de amor y aventuras. 

lunes, 4 de mayo de 2020

La llave de los desterrados, secretos para construir la historia

La novela se divide en dos partes bien diferenciadas, una histórica y otra de ficción. Posiblemente aunar las dos sea lo más complicado pero también es la parte más interesante. Para la parte histórica me documenté sobre todo en un libro del año 1600 de Luis del Mármol y Carvajal. Sin lugar a dudas es uno de los relatos más importantes y acertados de la rebelión de las Alpujarras. Para otras partes de la novela busqué entre los archivos de las diferentes poblaciones por las que los protagonistas van pasando y para encuadrar la historia navegué entre dos libros principalmente. "El islam de Al Ándalus, historia y estructura" de Mª Cruz Hernández y "La conquista islámica dela Península Ibérica, tergiversación del pasado" de Alejandro García Sanjuán.
Para la parte de ficción y sin desvelar nada importante de la novela, me centré en una historia que escuchaba desde que era pequeño y se decía que los moriscos cuando fueron expulsados se llevaron las llaves de sus casa para regresar algún día y reclamar lo que era suyo. 
Hilvanar la historia fue sin duda un gran trabajo y además comprobar que la historia se repite en esta España que rechaza aquello que no es igual a lo que algunos consideran como el orden establecido. No entiendo por qué nos empeñamos en desechar, criticar e insultar las culturas que no conocemos y que forman parte de nuestra identidad como país. Nos empeñamos en que todos sean castellano parlantes y católicos en vez de enorgullecernos de que nuestro país es uno de los más ricos culturalmente hablando. 
 Las vidas de José y María, Miguel y Marcelo, son un reflejo de una sociedad que aunque nos parezca extraño, no era tan diferente a la actual. 
 

domingo, 3 de mayo de 2020

La llave de los desterrados

La llave de los desterrados es mi última novela publicada con la editorial Ediciones Alfeizar. No se ha podido presentar por culpa de este maldito virus que nos ha infectado a todos. Afortunadamente está a la venta en Amazon, en la página de la editorial y en librerías, aunque ante el cierre de todos los comercios lo veo poco probable. 
La historia se desarrolla en el Valle de Lecrín, Granada. La rebelión de Las Alpujarras en 1568 fue la primera guerra civil entre españoles, aunque los moriscos no fueran considerados como tales. 
Su protagonista, José Jiménez es un morisco de una aldea llamada Zohrab que pretende vivir tranquilo cultivando la tierra heredada de sus antepasados pero al estallar la guerra se ve involucrado accidentalmente y emprende un viaje sin retorno para encontrar a su esposa secuestrada por los soldados cristianos. 
Una novela desgarradora llena de amor que nos descubre un punto de vista diferente sobre aquellos hombres y mujeres que han sido tan injustamente descalificados por la historia. 

Eterno llanto de Luna

"Eterno llanto de Luna" Fue la primera novela que publiqué en el año 2006 en publicaciones Comala. 
Mi primera experiencia con una novela corta que cuenta como un hombre se enamora de la luna y juego con ese nombre para llamar a la mujer protagonista con el mismo nombre, de ahí que escriba Luna con mayúscula. 
La historia transcurre en el pueblo donde nací y relaciona una pequeña rebelión morisca que hubo en el año 1500 con una leyenda que hay en el pueblo acerca de un luz que se ve en ciertas ocasiones en la zona del nacimiento del río. 
El protagonista  escribe versos de amor y pide fervientemente el deseo de que la luna se convierta en mujer. Su deseo es concedido y todas las noches de luna nueva, ella acude hasta su alcoba para compartir el amor.
Una hermosa tragedia que fue vendida en su totalidad y que por motivos de la editorial no decidió hacer una segunda tirada.  

Un rincón para escribir

       Nací en un pequeño pueblo de Granada. Nací entre montañas y riachuelos, entre cuestas y casas blancas, nací donde no parece pasar el tiempo y la vida se diluye lentamente como un atardecer de otoño. Era mil novecientos setenta y uno cuando decidí irrumpir en este mundo con mi llanto y mis manos arrugadas. 

       Siempre fui un ser extraño, prefería jugar con un lápiz antes que con un balón. Disfrutaba contando historias a mis hermanos y me enredaba entre palabras entresacadas de los renglones de un libro. Dibujaba mariposas, esas que me subían por el estómago cuando caía entre mis brazos un cuento o una novela, dibujaba árboles junto a precipicios porque pensaba que unas raíces invisibles me sujetaban a la tierra pero mi verdadero destino era volar.

       Escribía versos inconexos porque no entendía de rítmica, de consonancia ni asonancia, de métrica, de versos ni de experiencia para poder crear maravillosas líneas. Escribía cuentos y relatos, frases absurdas que borraba con una goma, tachaba con los primeros bolígrafos o desechaba las hojas en la papelera. Leía libros de aventuras y me trasladé a los bosques ingleses con Ivanhoe, a la Siberia con Miguel Strogoff y a la Antártida con el capitán Nemo.

       Fui creciendo y me convertí en alguien que necesitaba la literatura y la pintura para vivir. Escribía cartas de amor a las amigas de mis compañeros mientras estaba en el servicio militar, convirtiéndome en Cyrano de Bergerac de forma involuntaria. Publiqué mi primera novela en una editorial pequeña que se aprovecharon de mi inocencia y gané varios premios de poesía que jamás llegaron a nada. 

       Quisieron comprar mi alma a cambio de publicar poemas y desistí completamente desilusionado. Dejé de escribir porque había pasado de ser un sueño a convertirse en una pesadilla. Once años después volví a intentarlo porque no puedo dejar de hacerlo, porque es mi válvula de escape y publiqué una segunda novela mediante la auto-publicación.  A día de hoy tengo una tercera que no ha sido presentada porque un virus ha paralizado al mundo y salió publicada dos días antes de entrar en un confinamiento convertido en infierno para muchos pero que a mí me ha servido para seguir escribiendo.